El doctor Franco Banfonte
explicó que "desde el punto de vista metabólico y fisiológico, como para
tener un control del peso, es recomendable hacer ejercicio físico alejado de
las horas de la comidas. El mejor momento en ese sentido es a primera hora de
la mañana".
Tambien hay un estudio publicado por
The Journal of Physiology que señaló que hacer deportes por la mañana, antes de
desayunar, hace que se quemen más grasas y calorías. La investigación se
realizó en Bélgica y fue publicada por el New York Times.
El proyecto consistió en que 28 hombres jóvenes se alimentaran mal, con un 50% más de grasas de las que comían antes. Se dividieron en dos grupos: uno desayunaba antes de ejercitar y el otro hacía sus ejercicios y desayunaba al terminar, durante un período de seis semanas.
El proyecto consistió en que 28 hombres jóvenes se alimentaran mal, con un 50% más de grasas de las que comían antes. Se dividieron en dos grupos: uno desayunaba antes de ejercitar y el otro hacía sus ejercicios y desayunaba al terminar, durante un período de seis semanas.
El grupo que desayunaba antes de hacer ejercicios engordó, experimentó un aumento en los niveles de azúcar y acumuló grasa en sus músculos; mientras que las personas del grupo que tomaba el desayuno después de hacer actividades físicas casi no engordaron, no tuvieron aumento en los niveles de azúcar y quemaron más grasa.
Hasta aquí parecería que la respuesta es clara, pero un estudio realizado por la Universidad de Brunel, Middlesex (Gran Bretaña), y publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, señala que los deportistas de alto rendimiento que hacen ejercicios durante la mañana pueden llegar a comprometer su sistema inmune y contraer infecciones, aumentando el riesgo de bacterias y virus.
El estudio observó cómo 14 nadadores
profesionales con un promedio de edad de 18 años que entrenaron durante la
mañana tuvieron mayores niveles de cortisol en el cuerpo: esta hormona del
estrés estimula la conversión de proteínas en carbohidratos y eleva la
concentración de azúcar en la sangre. El ejercicio por la mañana hace que
exista una menor producción de inmunoglobulina A, que es una sustancia que
protege al organismo de infecciones respiratorias.
Todavía no terminan las opiniones.
Desde la Universidad de Chicago se
llevó adelante otro estudio en el que se observó a 40 hombres de entre 20 y 30
años, y se llegó a la conclusión de que dos hormonas importantes para el
metabolismo tienen una reacción más efectiva cuando se realiza la actividad
física por la tarde y la noche.
Analizando las variaciones según la
hora en que se hacen ejercicios, se conoció que las personas que realizan
deportes por la tarde y la noche tuvieron descensos más grandes en los niveles
de glucosa en respuesta al ejercicio y un gran aumento en los niveles de dos
hormonas: cortisol y tirotropina, esta última fundamental para la reparación
muscular.
Más allá de los diferentes estudios e
investigaciones sobre el horario más óptimo para realizar actividades físicas,
hay que tener es cuenta que, para aquellas personas que no son deportistas de
elite, la actividad física es moderada no es sumamente relevante el horario. Lo
recomendable es que visiten a su medico regularmente para hacerce chequeos y
constatar que el horario que utilizan para hacer sus rutinas de ejercicios no
esta afectando a su organismo.
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